Corredor gastronómico, entre Covid, mar de fondo y olvido

Lázaro Cárdenas, Michoacán.- Los prestadores de servicios turísticos en playa encaran dificultades en la actual Nueva Convivencia, tanto que algunos no reabrirán, mientras quienes se empiezan a poner de pie batallan con las condiciones climáticas de mar de fondo y huracanes, además del olvido de los niveles de gobierno.

Pánfila Beltrán Arreola, tesorera del Comité de Desarrollo Turístico de la Costa Michoacana, dijo que el gusto de la reapertura al 50% cumpliendo las normas de Cofepris, se los borra estar resistiendo desde el domingo pasado el fenómeno de mar de fondo.

“Nos está lloviendo sobre mojado”, comenta y dice que su sector espera que pase pronto la actual condición climática, para empezar a recibir público y reactivar la economía sino de todas de las 47 unidades de negocio instaladas en el corredor gastronómico Playa Eréndira-Playa Jardín-Playa Tortuga.

En la Enramada La Perla del Pacífico, actualmente en reconstrucción ante los embates del mar, y cumpliendo el plan de desplazarlo hacia atrás, señaló hacia las demás enramadas, “vean como están bajo el agua”.

La reactivación de empleos, se espera ocurra al 30% en las normas actuales -abrir a mitad de capacidad cada negocio- recontratando de 5 a 10 empleados.

Y mientras hay que cumplir una serie de disposiciones de la Nueva Convivencia, el apoyo es nulo, y reabren sin ningún respaldo de alguna instancia de gobierno.

Beltrán Arreola dijo que si todo va bien y no se presentan complicación o rebrote de COVID, en verano, en unas semanas, podrían “empezar a respirar”.

Del corredor gastronómico, 24 de 47 establecimientos regresan a atender su público, en tanto, algunos no van a abrir porque la situación económica no les da ni para iniciar.

Se ocupa un mínimo de 20 mil pesos para arrancar y 50 mil si es que se quiere soportar el pago de empleados en por lo menos dos semanas, siempre y cuando no se haya averiado el mobiliario y los equipos de refrigeración.

Esto último lo padece la mayoría. En la zona cercana al mar, la corrosión por salinidad es normal, y el reporte es de más averías en estos meses que estuvieron fuera de servicio.

Pánfila Beltrán fijó que han sobrevivido por ser gente de trabajo, y esperaban mayor comprensión del gobierno, al que ante la propuesta de facilitar las licencias de operación sin costo, se les respondió que no hay condonaciones y pueden convenir pago en parcialidades.

Se pensó que los 3 mil pesos que vale la licencia, podrían ser un apoyo para facilitar la reapertura, pero no hay la disponibilidad que se ofreció en marzo al pedirnos colaborar cerrando nuestras unidades comerciales, cerró la entrevistada.

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