Columna / Noé Segura
Con los festejos de navidad y fin de año ha bajado un tanto la temperatura política, pero sigue corriendo el tiempo para las elecciones concurrentes de 2018.
En todos los frentes han bajado ritmo pero están velando armas.
Tras este remanso, vendrá nueva embestida de todos contra todos en cada partido y frente político. De nuevo se oirá hablar de encuestas, internas y lo que se pueda para darle sello democrático al proceso de selección de candidatos.
Ahí tenemos que un grupo difundió la versión de que la decisión del PRD de reservar la candidatura a la alcaldía de Lázaro Cárdenas tiene como destinatario un expresidente. Pero nada más lejano de la realidad.
Quienes están tomando decisiones no olvidan que el exalcalde, es el motivo por el cual en este periodo el PRD no está gobernando en Lázaro Cárdenas porque no operó para el triunfo de Silvia Estrada, sino todo lo contrario.
Con el miedo de que la hoy contralora al ser gobierno local le quitara a sus activistas cuando Silvia fuera alcaldesa, se echó a la hamaca y dejó de operar para su partido el PRD. Faltaron los votos que sí se reflejaron cuando Arquímides Oseguera tuvo la osadía de retener el gobierno local para el PRD, cuando el periodo le correspondía al PRI.
La idea lanzada hacia afuera de que serían los favorecidos con las decisiones del Consejo Estatal perredista contrasta con lo que internamente son y hacen. De prueba basta un botón, dijera el jardinero.
Posterior a haber dado un alcalde, dicho grupo ha sido incapaz de colocar a alguien en una elección: Abel Salazar no pegó para diputado local y Rosa Angélica Rico tampoco pudo llegar a esa representación, pero lo más desafortunado es que no les alcance el trabajo ni para tener un regidor. César Ponce lanzado en los comicios anteriores es el ejemplo más patético de fuerza.
Mirando hacia ellos, han dicho que a Román Tafolla no le alcanza ni para tener un regidor. Hablan por cómo les ha ido en las contiendas, queriendo ignorar a propósito que el ex tesorero municipal y funcionario estatal de esta administración silvanista, tiene simpatías no sólo en el PRD, sino en el PRI, PAN y grupos religiosos.
Ajeno a lo planteado, se sabe que en Morelia, se han tensado las negociaciones y el grupo de ADN que capitanea Carlos Torres, se cree merecedor y no cede, sin querer que se tome en cuenta la estela desfavorecedora que tienen en el Puerto, donde se señala a sus activos de vende áreas verdes y otras lindezas. A partir de ello, el PRD valora elecciones internas para tener “al bueno” que lo defienda, lo cual suena interesante porque supone que revelaría la real estatura de los dos grupos que predominan en el perredismo cardenense.
Por lo pronto, esta semana, Torres Piña probó una vez más que ADN su grupo en Lázaro Cárdenas no tiene la fuerza que ha presumido. Sólo con acarreos fueron capaces de colocarle público en Las Guacamayas. Ni el acto en El Habillal salvó la situación.
Ante lo anterior, los dirigentes locales andarán buscando veladoras para prenderle a su santo de devoción para que algo salga mal a los contarios cuando en enero próximo preparen la recepción a Toño García Conejo, el contrincante del que ahora pasearon por el pueblo.
La decisión del Consejo Estatal del PRD de dejar lugar a una mujer en las diputaciones local y federal, enterró aspiraciones de varios. Iván Madero Naranjo de por sí había tomado con sabiduría la decisión del gobierno de Silvano Aureoles de mandarlo a Icatmi, para bajarle de la carrera. Pero en la intentona por la candidatura se quedaron frenados Humberto Soberano de ADN y Juan Carlos Magaña de Foro Nuevo Sol, aunque algunos humoristas también afirman que hasta Antonio Oseguera, del grupo de Nalleli Pedraza.
En el PRI entrarán en breve en decisiones y si el comité nacional y estatal deja en lo local el arbitraje de rumbo a las candidaturas, ya estuvo que la balanza será favorecedora a Armando Carrillo, quien busca ganar con abanderamiento propio o a modo. Por lo pronto parecer haber echado a andar plan de reconciliación con los muchos grupos que critican su gestión, supuestamente inspirado en el espíritu de la navidad.
El plan parece encaminado a no ceder ante Eloísa Berber, que por lo menos en el dicho, mantiene una posición anticorrupción, pro Instituto Municipal de Planeación y por mayores decisiones en la ciudadanía. El docente de profesión, tampoco cedería para que Marco Antonio Rodríguez, María Judith Carrillo y Guillermo López Villalobos sean los nominados. Huelga decir que han sido y son sus opositores en el Cabildo y ceder a que alguno gane nominación lo obligaría trabajar algún plan alterno para que no lleguen y cobrarles la factura que les guarda.
Antes de las actuales vacaciones, el PT no dejaba de moverse para poder presentar algo de músculo en la mesa de negociaciones con Morena, ignorando en parte que las decisiones están tomadas desde nivel central, porque si algo sabe hacer Reginaldo Sandoval es “vender en bruto” las causas. Así que la apuesta que andan haciendo algunos empresarios, como Fernando Sotelo, correría la misma suerte de otras causas, cuando les bajan la información de que “es por aquí”, pero “los tomaremos en cuenta para la próxima”.
Si los altos políticos a los que se han acercado los que desde el PT buscan ser candidatos de la alianza de ese partido con Morena, no tuvieran el colmillo retorcido que se les conoce, se podría creer en otra suerte para los locales, que se llevarán sorpresa de haber sido usados para levantar una membresía, y punto.
Hasta pronto.
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