Radio Pasillo

Noé Segura / Columna

No hay novedades en el tema político del puerto, excepto que algunos representantes populares locales le entraron a la moda de disminuirse los nombres para tratar de hacerse más cercanos y familiares.

Lo que deberían hacer es trabajo por sus comunidades y atención a sus demandas, en lugar de denominarse Toño, en lugar de Antonio o Tere en lugar de su nombre completo. Pero creen que así van a ganar terreno.

Aunque el anterior comentario no coincidiría precisamente con el corte de resultados de Grupo Ideas a su contratante, Itzé Camacho, a la que le aseguran está mejor posesionado su nombre y ya se logró situar entre los aspirantes a la candidatura del gobierno de Michoacán.

Los resultados son gracias al ajuste en Comunicación Social, un anuncio panorámico y otras medidas. Para los cambios fue necesario relevos, cuidado a los mensajes y comunicados, en los que el personal del área dejó de tener incidencia, y hasta los títulos de las notas se sugieren por el “equipo especializado”.

A otro tema: Se presenta con fuerza la 4ta ola feminista en este 2020, rompimiento de un paradigma más, de crianza y responsabilidad machista. Se terminó la paciencia porque millones de mujeres en el país y salieron a las calles en cadena feminista a protestar en contra de la pandemia patriarcal, exigiendo igualdad de género, la cuales gritan “nos trajo la violencia, el hostigamiento, acoso y violación sexual”.

En el caso de este puerto, inesperada también fue la expresión que no sólo denunció, se llenó de energía con los mensajes de que no están solas.

Ojala las autoridades sepan corresponder y sepan cómo responder cuando públicamente denunciaron a sus agresores y no hayan retirado el tendedero, para quemarlo o mandarlo a la basura.

En general y a nivel país, exigen alto a los ataques extremos de violencia y justicia a los asesinatos, ¿desde cuándo está el problema sin resolverse por las instituciones de gobierno?

Porque desde el ejecutivo federal, los niveles estatales y municipales sólo existe en la incongruencia del discurso político y de la injusticia gubernamental. No hay respeto, ni al derecho a la vida de las mujeres y niñas mexicanas.

Estas peticiones exigidas se agudizan ante el hartazgo frente a la, violencia, asesinatos, desapariciones, acoso y violaciones, que se profundiza a una grave crisis de derechos humanos violentados en cada mujer y niña en México, se dice que se sienten en condiciones de alto riesgo porque son sometidas, cosificadas y denigradas, con una posición inferior en nuestra sociedad.

Por esto, las redes sociales y plataformas digitales se convierten en el espacio ideal para exponer y denunciar sus problemas y presentar testimonios quienes sufren de violencia y acoso, hostigamientos sexuales, así como sus luchas cotidianas contra este flagelo de delitos sexuales y violencia que sufren las mujeres y niñas.

Cuántas veces se han escuchado historias y testimonios de mujeres de la farándula artística, de vecinos y amigos donde se lamenta que sus abuelas y madres han sido violadas por sus propios miembros familiares directos. Que en lugar de apoyarla para la denuncia para que reciban castigo penal quienes les hicieron esas agresiones, tratan de encubrir estos delitos protegiendo al malhechor familiar y dejando indefensas a estas mujeres con un gran trauma psicológico, y lo que es peor son reprimidas hasta golpeadas por sus propios padres y familiares si alzan la voz.

La tercera ola feminista se dio en los años sesenta en nuestro país. Fue para exigir sobre la liberación sexual, legalización del divorcio y solicitud de desunión matrimonial. En esos años, se dice, que apenas se atrevían a hablar de la violencia doméstica o intrafamiliar.

La reciente caída de popularidad de AMLO, que no se esperaba mostrara tan rápido un descenso en encuestas que cayera en casi 20 puntos porcentuales a un año y dos meses de su de su gobierno, pero que está sufriendo este desgaste por el ejercicio y del quehacer gubernamental mal encaminado de su gabinete en esta administración federal.

El Ejecutivo como su equipo, se han encajonado, y dicen ciudadanos que se les ha ido el tiempo en puros discursos de saliva, chistes y rifas.

Que los que confiaron dieron “voto blando” o sea, los que no eran seguidores de AMLO, que fue en una gran cantidad de electores de otros partidos, deseaban que las cosas cambiaran en el país, comprometiéndose a tumbar de raíz una clase política mediocre que siempre estaba en el poder enmohecida en la corrupción. La promesa de acabar con sus privilegios, se la guardaron y ahora los votantes le están retirando el apoyo incondicional porque lo que se prometió en campaña se está quedando en discurso y mucha retorica.

Se dice que deben hacer ajustes en el quehacer gubernamental en los diversos campos del gabinete y de la propia presidencia, para que no se caiga en seguir creyendo en gran parte de culpabilidad en las administraciones pasadas ni de pensar que se están dando complots de otras expresiones civiles y políticas o de fuerzas conservadoras o de oposición.

Porque se dice en los pasillos que AMLO y su gabinete van en una diferente ruta de interés con la ciudadanía. El presidente, dicen, se propone acabar con la corrupción y el pueblo quiere que se acabe la inseguridad.

Es importante el tema de la corrupción, pero que se castigue a los culpables, porque el caso del fraude y quebranto a Pemex con la aprensión en España de su exdirector Lozoya y con las investigaciones a dos expresidentes y exfuncionarios de otras administraciones y funcionarios de su propia administración como es el caso de su jefe de gabinete Romo, empresario con acusaciones graves de delitos federales por crímenes y daños ecológicos solo ha quedado hasta hoy en manos de AMLO, para darle continuidad, detener o defender los procesos penales.

Se dice que el presidente sólo prefiere tocar el tema de los anteriores corruptos y dar discursos de historia que solucionar la violencia e inseguridad que se está viviendo en nuestro país, que es principal preocupación de ciudadanos.

Pero se dice que lo más preocupante es que a un año y meses no hay soluciones razonables para las víctimas de violencia que más bien las hace responsables como si ellos fueran los causantes de sus desgracias por el brote incontrolable de la inseguridad, que además fue un compromiso y promesa de campaña que resolvería estos casos.

Mas súmenle los problemas que trae con la reciente creación del INSABI por el desabasto de medicinas y material de curación y quirúrgico.

Dicen que Pemex es un desastre y total fracaso económico que hasta piensan cortar por lo sano con la compra y suministro de la gasolina Premium.

Los femicidios fue la gota que derramó el vaso, se les acabo la paciencia a las mujeres y el hartazgo frente al desinterés y la insensibilidad de resolverlos, fue el el gas que las hizo salir a las calles a protestar por sus derechos de igualdad y en contra de la violencia de género y el machismo.

Los morenitas se ve que no le dan importancia a este hecho de haber bajado recientemente casi el 20% de popularidad López Obrador. Siguen muy optimistas de que aun año y medio que falta para las elecciones del 2021, el electorado les dará otra vez el voto para ganar las 15 gubernaturas y llevarse carro completo en los estados y las 300 curules federales que necesitan para seguir con su 4T.

(Primera parte de dos. Columna semanal)

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